Tendencias sexuales y conductas que nos molestan, que no aceptamos, o que dañan a otros.
En nuestra forma de relacionarnos sexualmente, se vierte toda nuestra personalidad profunda.
Si actuamos sexualmente con inhibición, violencia, manipulación, represión, exageración, obsesión, ilegalidad, etc., esto nos daña como mínimo a nosotros.
Como la expresión sexual es algo arraigado tan profundamente en nuestro ser, si algún aspecto de ella o de su vivencia es negativo, y nos comprometemos con nosotros mismos a ponerle remedio eficaz, nuestra calidad de vida aumentará considerablemente.