Hacen falta dos personas para constituir una relación de pareja, y se crea en un momento dado con las personalidades concretas de dos personas en ese momento. El tiempo transcurre, acontecimientos sobrevienen, vivencias individuales y comunes tienen lugar, las personalidades pueden cambiar, a veces llegan los hijos, etc.
La relación de pareja es probablemente el escenario en el que un ser humano puede crecer más como persona. Esto ocurre en una pareja que constituye un marco enriquecedor para sus integrantes.
Pero cuando la relación ha durado un tiempo, puede haber dejado de cuidarse de varias maneras distintas, y esto es algo que suele ocurrir gradualmente, de forma que no nos percatamos de que algo negativo está ocurriendo, hasta que cobra una intensidad ya elevada.
En este punto, si los miembros de la relación mantienen sentimientos amorosos importantes, la relación todavía puede recuperarse, mas suele ser necesario algo de ayuda exterior para ello.
Y si alguno de los integrantes siente que ya no desea estar con la otra persona, lamentablemente —y en este duro escenario vital—, ha de llevarse a cabo una separación, y lo más respetuosa posible con cada miembro, y con los hijos que pudiese haber.
En nuestras sesiones aprenden a trabajar aquello que les une y/o distancia del otro, y a valorarlo adecuadamente. Y a expresar adecuadamente sus sentimientos, deseos, opiniones, derechos, miedos, etc.
En cuanto a los hijos, en el contexto de una crisis en la relación de pareja, es necesario un profundo esmero en la relación con ellos para que no sufran indebidamente
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Este gabinete también da cursos de Crecimiento personal talleres.